Es una casona antigua que data del siglo XVIII. El edificio consta de una amplia entrada que da lugar a un patio típico canario. En esta misma planta se encuentra una amplia recepción y seis habitaciones cuidadosamente rehabilitadas y decoradas para la comodidad y satisfacción del visitante sin perder ni un ápice del encanto de antaño.
A la salida de la recepción de encuentra una ancha y majestuosa escalera de maderas nobles que conduce a un corredor rodeado de grandes ventanales y de cinco amplias habitaciones. Estas estancias están dotadas de techos y suelos de madera con una bonita decoración rústica.
El hotel dispone de un restaurante-comedor y un patio canario que enlaza con una luminosa terraza en la que se distribuyen una piscina, un solarium y jardines típicos de la zona.
La zona moderna del establecimiento consta de dos plantas, cada una con cuatro habitaciones modernamente decoradas y provistas de terraza con amplias vistas al mar y al municipio. Todas las habitaciones, tanto las rústicas como las situadas en la edificación moderna, son exteriores y cuentan con televisión de plasma.